miércoles, 30 de noviembre de 2011

Reino Unido se une a las huelgas

Europa se está movilizando, la tijera de los bancos y gobiernos ha logrado levantar de la comodidad de su sofá al occidente que poco a poco está viendo cómo el estado del bienestar va agujereándose conforme pasa el tiempo, el IBEX y la prima de riesgo. Movilizaciones en Irlanda, Portugal, Grecia, España, Francia... a la lista se le suma Reino Unido, esta vez la reforma del sistema de pensiones del sector público ha sido la detonante de la mayor huelga registrada en el país en treinta años.

Anciana reivindicando su pensión
Según los planes del gobierno del primer ministro conservador David Cameron, la edad de jubilación se elevará a los 66 años. Además, los trabajadores deberán aumentar sus contribuciones. Cameron dice que la medida es necesaria por el déficit en las cuentas públicas y porque la crisis europea ha tenido un impacto negativo en el crecimiento del país.

Es la primera protesta a gran escala contra el Gobierno de David Cameron, que ha vivido la jornada con cierto pánico, debilitado por el impacto mediático del grave empeoramiento de la situación económica y el deterioro de las cuentas públicas revelado la víspera

Una huelga de gran impacto, muy seguida en escuelas ya que el 60% de las instituciones educativas han decidido echar el cerrojo y unirse a las protestas. El otro peso pesado, la sanidad, también se unió aunque no con tanto éxito a las protestas. Según cifras oficiales, se han cancelado 6.000 de las 30.000 operaciones que estaban programadas para este miércoles, aunque también se han cancelado decenas de miles de citas médicas. Las ambulancias solo atendían urgencias de primer orden. También ha afectado a la atención al público en numerosos departamentos ministeriales, tribunales y otras administraciones gubernamentales.

Decenas de miles de personas se manifestaron por la mañana en las principales calles del país: en particular Londres, Manchester, Edimburgo y Cardiff. El dispositivo de vigilancia en la capital ha sido espectacular, especialmente a la altura de la sede del Tribunal Superior de Justicia, que coincide con las puertas de entrada de la City. A primera hora de la tarde, un centenar de los llamados indignados entraron en las oficinas de una compañía minera cerca de Piccadilly, aunque sin intención de asentarse en él de forma permanente.

La huelga ha sido un éxito político para los sindicatos, ahora está por ver si serán capaces de mantener una campaña sostenida en defensa de una reivindicación que la mayoría de la población observa con comprensión y simpatía pero también con cierto recelo. No solo el argumento del Gobierno: si la vida es más larga es necesario cotizar más para sostener el sistema, sino porque la realidad es que aunque los empleados públicos teman por el futuro de sus pensiones, la mayoría de los trabajadores del sector privado no tienen ese miedo porque ni siquiera tienen pensiones. Y si las del sector público necesitan más dinero para mantener el sistema, ese dinero acabará saliendo o de las cotizaciones del sector público o de los impuestos de todos los contribuyentes.


domingo, 27 de noviembre de 2011

Los sindicatos lusos se movilizan contra los recortes

El drástico presupuesto del Estado portugués para 2012, que incluye las medidas de austeridad más duras que se recuerdan en el país, pasó su primera votación en el Parlamento, gracias a la mayoría absoluta del Ejecutivo conservador. El Partido Socialista (PS), que gobernó Portugal seis años, hasta las elecciones anticipadas de junio pasado, cumplió su promesa de no rechazar el proyecto y se abstuvo en la votación.

Manifestantes lusos/Inacio Rosa
El objetivo reducir el déficit y, cómo no, aplicar las reformas que exigen la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que le concedieron un préstamos de 78.000 millones de euros en mayo, Portugal va reducir el peso del sector público en la economía y recortar los salarios de los funcionarios, las inversiones y los gastos estatales. Medidas propagadas por medio mundo.

Las dos principales confederaciones de sindicatos de Portugal protestaron contra los recortes sociales y el aumento de impuestos, implementado por el gobierno conservador luso como condición para obtener una "ayuda" económica del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Central Europeo (BCE) y de la Unión Europea (UE) ante la crisis financiera que vive ese nación.

La protesta, convocada por la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP)  y por la Unión General de Trabajadores (UGT), afectó el transporte público, paralizó por completo la recolección de basura y el reparto del correo, además muchos vuelos fueron cancelados, los trenes no hicieron sus trayectos y los servicios públicos se interrumpieron, reseñó un reporte de la agencia Télam.

El proyecto de gastos para 2012, diseñado por el gobierno de Portugal y avalado por FMI, establece que los empleados y jubilados que cobran más de 1.000 euros tendrán que renunciar al pago extra de Navidad y el de mitad de año.
La aplicación del paquete reducirá para el próximo año las inversiones en sanidad, vivienda y educación en 10%,  aumentará el impuesto al valor agregado y además abarca reformar leyes laborales para ampliar la jornada laboral en media hora, reseñó la agencia EFE.

Para el secretario general de la CGTP, Manuel Carvalho da Silva, los presupuestos para 2012 no tienen nada de lo que es fundamental para el país: respuesta al desempleo y a los problemas de las personas. Su homólogo de la UGT, Joao Proença, advirtió que el violento recorte de salarios registrado tanto en el sector privado como en el público es una señal de crítica muy fuerte al empobrecimiento del país.

El gobierno de Portugal recibió 78.000 millones de euros a través de un paquete de ayuda del FMI y UE, por lo que está obligado a reducir este año su déficit público del 9,8% al 5,9%.

viernes, 25 de noviembre de 2011

La austeridad catalana

Que Artur Mas informe sobre los recortes que va a aplicar en Cataluña tan sólo dos días después de las elecciones generales no es casualidad, las medidas tienen tal grado de impopularidad que podría haberle pasado mucha factura a Ciu que, finalmente, logró sus mejores resultados en unas generales. 

El president de la Generalitat, Artur Mas
Este plan de ahorro catalán incluye reducción del sueldo de los funcionarios, subida de tasas universitarias, del canon del agua, del transporte público y de las gasolinas, además de introducir un sucedáneo del copago sanitario con un recargo en las recetas. La Generalitat se siente legitimada para dar esta vuelta de tuerca a su ajuste, después de que CiU recibiera 300.000 votos más que en 2008 y superase por primera vez a los socialistas en unas generales. A pesar de haber ejecutado ya recortes en sanidad, educación y protección social. En la misma línea, el PP de María Dolores de Cospedal creció más del 6% en Castilla-La Mancha, pese al 'tijeretazo' acometido en la comunidad más deficitaria. 

Eso no es todo, Artur Mas se ha lanzado a rebatir con hechos las críticas que le han llovido porque recortaba gasto en todo excepto en políticas identitarias. TV-3, la joya de la corona del universo mediático catalán, también tendrá que ajustarse el cinturón: el presupuesto de la empresa pública de radio y televisión se reducirá un 13%, cerrará dos de sus seis canales y tendrá que renunciar a emitir la liga de fútbol, que es lo que precisamente le ha permitido mantener el liderazgo de audiencia los últimos años. El mensaje es claro: nada se escapa de los recortes.

Estos recortes en los servicios públicos han incentivado el incremento del paro. El número de desempleados, 615.600, es el 8,7% superior a la cifra registrada hace un año, cuando Ciu ganó las autonómicas en Cataluña. Artur Mas tiene tres años para corregir la situación si quiere cumplir su objetivo de legislatura, que era situar la tasa de paro por debajo del 10%.

Los sindicatos CC OO, UGT y CATAC preparan movilizaciones contra el recorte salarial a los empleados públicos. A la espera de que la administración concrete los recortes, los representantes de los trabajadores convocarán asambleas en los centros de trabajo y reuniones entre los tres sindicatos para consensuar un calendario que, de entrada, excluiría la huelga. Los empleados son reacios a paros porque, argumentan, contribuye al ahorro que persigue la administración.

La famosa crisis económica se ha convertido en cabeza de turco, y las políticas de austeridad cada día ocupan más portadas en las cabeceras nacionales proclamándose las salvadoras de un país que se encuentra a merced de la UE.